This Tuesday we celebrate the Presentation of the Lord. In the Eastern tradition of the Church it was called ‘Feast of Encounter’. Encounter because it was the meeting of God in incarnate and the humanity which was presented by Simeon and Anna, the old couple in the Temple.
We read in Luke 2: 22 “When the day came to purify them according to the law of Moses, the couple brought him up to Jerusalem.” Here we have Joseph and Mary, being obedient to the laws and customs bringing the Baby Jesus to the temple for Presentation. They ob- served all that was required of the law. They are motivated by the desire to do what is prescribed by the law and the tradition of their community. Further in Luke 2:25 – 27 we read about Simeon, “He came to the temple now, inspired by the Spirit.” He was a man led by the Spirit. Anna, the prophetess, was constantly in the temple, worshiping day and night in fasting and prayer. Both were full of life and spirit. These people, namely the parents of Jesus and the old Simeon and Anna teach us what is needed to encounter Christ.
First of all, we must be obedient to what the Church and Tradition teach us. Second, we must allow ourselves to be led by the Spirit. At times things may seem irrational and meaningless, but faith is like giving a blank check – giving total freedom for God to use all that we have and that we are. So the path to holiness is obedience and allowing the Spirit to guide us. True joy comes from this. Because when we are obedient, when we are being led by the Holy Spirit is when we truly encounter the living God and true joy.
This day is also observed as the World Day of Consecrated Life in the Church. It is a day the entire Church prays for the people who have committed their whole life to Jesus through the evangelical vows of Poverty, Chastity and Obedience. I am a religious priest. For me, this is the 27th year of my religious consecration in the TOR Franciscan Fraternity.
May the grace of this mystery, the mystery of the Encounter, enlighten us and comfort us on our journey.
God bless you all
Fr. Wilson TOR
Este martes celebramos la Presentación del Señor. En la tradición oriental de la Iglesia se llamaba ‘Fiesta del Encuentro’. Encuentro porque fue el encuentro de Dios encarnado y la humanidad que fue presentado por Simeón y Ana, la vieja pareja en el Templo.
Leemos en Lucas 2:22 “Cuando llegó el día de purificarlos de acuerdo con la ley de Moisés, la pareja lo llevó a Jerusalén.” Aquí tenemos a José y María, siendo obedientes a las leyes y costumbres que traen al Niño Jesús al templo para su presentación. Observaron todo lo que se requería de la ley. Están motivados por el deseo de hacer lo que está prescrito por la ley y la tradición de su comunidad. Más adelante en Lucas 2:25 – 27 leemos acerca de Simeón: “Vino al templo ahora, inspirado por el Espíritu.” Era un hombre guiado por el Espíritu. Anna, la profetética, estaba constantemente en el templo, adorando día y noche en ayuno y oración. Ambos estaban llenos de vida y espíritu. Estas personas, a saber, los padres de Jesús y los viejos Simeón y Ana nos enseñan lo que se necesita para encontrar a Cristo.
En primer lugar, debemos ser obedientes a lo que la Iglesia y la Tradición nos enseñan. Segundo, debemos dejarnos guiar por el Espíritu. A veces las cosas pueden parecer irracionales y sin sentido, pero la fe es como dar un cheque en blanco – dando total libertad para que Dios use todo lo que tenemos y que somos. Así que el camino hacia la santidad es la obediencia y permitir que el Espíritu nos guíe. La verdadera alegría viene de esto. Porque cuando somos obedientes, cuando estamos siendo guiados por el Espíritu Santo es cuando realmente nos encontramos con el Dios viviente y la verdadera alegría.
Este día también se celebra como la Jornada Mundial de la Vida Consagrada en la Iglesia. Es un día que toda la Iglesia ora por las personas que han dedicado toda su vida a Jesús a través de los votos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Soy un sacerdote religioso. Para mí, este es el año27 de mi consagración religiosa en la Fraternidad Franciscana TOR.
Que la gracia de este misterio, el misterio del Encuentro, nos ilumine y nos consuele en nuestro camino.
Dios los bendiga a todos
Padre Wilson, TOR